Mejora como espacio de recepción para la visita cultural y turística. 1990-1993
La actuación en la Lonja de la Capilla Real se concibe para la mejora de la visita al monumento, por entonces el más frecuentado de la ciudad después de la Alhambra. Desde los años cuarenta del siglo XX, es utilizada como antesala turística de la famosa capilla, periodo en el que se compartimenta con muros interiores para delimitar los espacios de taquilla y Sala del Cabildo.
La lonja había perdido toda conexión con el exterior, al haberse cegado las aberturas practicadas en los muros que cerraban los intercolumnios de su fachada configurándola como una caja cerrada, cuando originalmente fue un espacio abierto a la ciudad. Los cuatro huecos se hallaban cerrados hacia la plaza a través de sendas celosías, excepto el correspondiente al acceso, formalizado con una portada de piedra acorde con su función de entrada principal. Posteriormente, dichas celosías fueron cegadas con obra de fábrica practicando aberturas a través de los nuevos muros en el centro de los vanos, como muestran las fotografías de principios de siglo XX.