Los propietarios tienen una idea muy concreta de la vivienda en lo que se refiere a la transición entre el espacio cerrado y el exterior, que de ningún modo debe ser directa, sino a través de un porche o estructura similar, con una disposición semiabierta capaz de servir de conexión con la parcela. Por este motivo, el espacio de estar se abre claramente a ese porche para que el exterior se comparta de forma integral durante los meses de mejor temperatura, lo que también se hace extensivo a las épocas de clima más duro por la buena orientación que se elige para esta parte de la casa. Otra estancia que destaca es la cocina, amplia, bien organizada y con una excelente conexión con los espacios más vivideros de la casa. Esta última queda vista desde el vestíbulo como una parte noble de la casa anunciando la cordialidad de los propietarios.