Una vida entre andamios

Primeros pasos para la recuperación del Maristán nazarí de Granada

Pedro Salmerón | Rehabilitaciones | 22-12-2017

El Maristán nazarí de Granada se encuentra situado en el corazón del bajo Albaicín, frente al Monasterio de la  Concepción y muy próximo a la Carrera del Darro. Fundado por Muhammad V en 1367, es un testimonio excepcional del esplendor que adquirió la ciudad hispanomusulmana en el siglo XIV, por ser el único hospital de Al-Andalus del que se tiene suficiente información. El edificio estuvo organizado en torno a un patio rectangular con alberca.

Constituido por dos plantas de altura, sus espacios fueron organizados mediante una crujía perimetral –con dos escaleras centrales emplazadas en mitad de los lados más largos–, a la que se adosó un pórtico orientado hacia el patio. Los muros definidores de dicha crujía fueron ejecutados con la técnica del tapial, los pilares del patio con fábrica de ladrillo macizo y los pisos con alfarjes de madera.

Se desconoce con exactitud la fecha en la que el edificio empezó a funcionar como Casa de la Moneda. Algunos historiadores sitúan este nuevo uso en el antiguo Maristán nazarí tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos en 1492, mientras que otros afirman que fue ceca árabe antes de esa fecha. El establecimiento de esta institución en el hospital árabe conllevó importantes transformaciones en el edi­ficio.

En 1637 la antigua Casa de la Moneda fue adquirida por su tesorero convirtiéndose en propiedad privada. Posteriormente, el edificio pasó a manos de los frailes mercedarios descalzos del Convento de Belén, que lo vendieron en 1748 a un comerciante de vinos. Este hecho conllevó una serie de remodelaciones estructurales que supusieron, en gran medida, el comienzo de su destrucción.

La información respecto a los usos del edificio es confusa e incluso contradictoria a partir de los años finales del s. XVIII. En este periodo debió producirse una nueva venta de la finca, ya que en 1825 funcionó como presidio, justo antes de ser acondicionada como casa de vecinos viendo anulada su integridad funcional, a favor de su articulación en unidades de habitación independientes, esquema que pervive hasta el momento de su destrucción.

En 1841 la propiedad fue nuevamente subastada y adquirida por particulares. Por entonces, debido a su estado ruinoso, se solicitó licencia para derribar el edificio con gran oposición de varios intelectuales de la época. Después de su demolición, el solar fue dividido en sentido longitudinal, de norte a sur, mediante una tapia aprovechando para su alzado el lado este de la alberca medieval que preexistía en su patio diferenciando dos sectores, parcelados y ocupados por distintas construcciones, algunas en uso como casas de vecinos hasta 1966.

Estado actual del Maristán nazarí de Granada. FOTO: Pepe Marín

Actualmente, la propiedad de la parcela recae en la Junta de Andalucía. La Consejería de Cultura es la encargada de tutelar este bien cultural y desarrollar las acciones más ade­cuadas para su conservación y puesta en valor. Para ello, contando con la destacada participación del Patronato de la Alhambra y Generalife, dicho organismo se enfrenta al reto de recuperar progresivamente sus restos arqueológicos más relevantes, haciéndolos comprensibles y abriéndolos a la visita pública en adecuadas condiciones y bajo perspectivas sosteni­bles, culturales y de innovación.

Las sucesivas intervenciones arqueológicas desarrolladas en el Maristán nazarí de Granada entre 1984 y 2006 han permitido recabar datos esenciales sobre la estructura y articulación espacial del edificio e identificar la evolución de sus fases funcionales y usos a lo largo del tiempo, aportando las claves de su compleja lectura arquitectónica. En fecha reciente, durante los meses de febrero y marzo de 2017, el Patronato de la Alhambra y Generalife ha llevado a cabo un estudio geotécnico complementario al preexistente y dos catas arqueológicas para la caracterización de elementos constructivos y localización de cimentaciones y pavimentos originales.

El proyecto arquitectónico en fase de desarrollo que se inserta en el marco de la nueva estrategia de colaboración de la Consejería de Cultura y Ayuntamiento de Granada centrada en el Albaicín tiene por objeto frenar el deterioro que manifiestan en la actualidad los restos originales del pabellón sur del Maristán, único en pie, así como recuperar su estructura espacial y material. Para ello, se plantea en primer lugar la consolidación y restauración de este último, dejando para sucesivas fases la revalorización de las tres crujías restantes.

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