Una vida entre andamios

Próximas obras de conservación en el Puente del Hacho. Guadahortuna, Granada

Pedro Salmerón | Rehabilitaciones | 17-08-2017

Formando parte de la antigua línea de ferrocarril Linares–Almería para el transporte de mineral, cuya construcción recayó fundamentalmente en la  Sociedad francesa Fives Lille según proyecto de los ingenieros Duval y Boutilliea, el Puente del Hacho (hacia 1894-1897) fue edificado para salvar el amplio Valle del río Guadahortuna, en el punto kilométrico 104, 179. Presenta 624,6 m. de longitud, 49,85 m. en su parte más alta, y está constituido por siete pilastras metálicas sobre bases de fábrica y cuatro de piedra, estas últimas situadas en sus extremos. Dichas dimensiones, unidas al empleo de nuevos materiales como el hierro, despuntaron entre las construcciones ferroviarias del momento, otorgando al puente grandes dosis de monumentalidad e innovación.

Su tablero y raíles, completados a ambos lados por sendos corredores peatonales protegidos por antepechos con balconadas, se localizan en su parte superior. Destaca el magnífico pasadizo volado bajo los mismos, al que se accede –salvando las correspondientes escotillas–, a través de dos escaleras dispuestas en los extremos del puente que originalmente eran utilizadas por los operarios de la línea para solventar de manera eficiente cualquier reparación.

La peculiaridad de la construcción radica en que sus perfiles estructurales son exclusivamente de tres tipos: ángulo, pletina y “U”. Todos los elementos son de acero laminado y las piezas están unidas entre sí mediante la técnica del roblonado. En el punto de contacto entre la viga continua y las pilastras metálicas existen juntas de dilatación auxiliadas por rodillos cuya finalidad era asegurar la estabilidad de toda la estructura; exceptuando la pilastra central, que tiene un apoyo fijo.

Debido a la dificultad y elevado coste que implicaba la adecuación del puente decimonónico a las modernas condiciones de circulación ferroviaria, en la década de 1970 se optó por construir un puente paralelo en hormigón, que es el que presta servicio actualmente. A finales de este mismo decenio, comienzan las iniciativas de protección de la construcción, debido a su relevancia en el contexto del patrimonio industrial peninsular del siglo XIX. Hoy, el expediente de declaración del Puente del Hacho como monumento histórico-artístico permanece incoado por Resolución de 2 de junio de 1982 de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas. Próximamente, la construcción será objeto de una intervención de conservación patrocinada por el Instituto del Patrimonio Cultural de España.

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