DESCRIPCIÓN
En España, las verjas de muchos monumentos y espacios públicos están constituidas por grandes paños de rejería generalmente sustentados por basamentos de piedra y pilastras del mismo material. Otras modalidades prescinden de elementos pétreos. Movimientos propios, empujes producidos por el viento y el sismo o usos indebidos pueden deteriorar estos cerramientos motivando su intervención, en este caso dirigida, de forma directa, a mantener la seguridad en la vía pública. Aunque los materiales pétreos no sufran graves problemas de descomposición, la acción mecánica de la verja de hierro sobre las pilastras de piedra se agrava con fenómenos de expansión por oxidación, aumentando los riesgos por vuelco o los desprendimientos de elementos.
PALABRAS CLAVE
Anclaje / basamento / hierro / piedra / pilastra / reja / verja
OBJETIVOS
Sistematización de los trabajos de conservación preventiva tendentes a contener los deterioros de una verja monumental centrando la intervención en los aspectos que afectan a la estabilidad de los elementos que la conforman.
A. PATOLOGÍAS EXISTENTES EN PILASTRAS Y PETO DE PIEDRA
Las pilastras son elementos muy esbeltos y de gran tamaño que reciben, en gran medida, los esfuerzos que le transmiten los paños de rejería. Por este motivo, presentan acusadas patologías de tipo estructural, con presencia de deformaciones, fisuras y desprendimiento de fragmentos. También se presentan otras patologías menores como disgregación de la piedra, parcheados con morteros inadecuados, pérdida de material cementante en las juntas y acción biológica sobre los materiales pétreos.
Alzado parcial de la verja de la Catedral de Jaén
A. 1. PATOLOGÍAS ASOCIADAS AL MATERIAL PÉTREO
Suciedad. Puede acumularse tanto en los elementos pétreos como en los perfiles de hierro que forman la verja, con acumulación de polvo o excrementos de aves. También existen manchas de óxido en la piedra producidas por el lavado del hierro oxidado.
Líquenes. Se localizan en las zonas menos soleadas de las pilastras, donde el contenido de humedad es más alto y persistente. Suelen concentrarse en sus molduras superiores y remates. Si no alcanzan gran desarrollo, su acción no es perjudicial para la piedra afectando únicamente a la uniformidad cromática de los elementos. Como los líquenes pueden ocultar problemas de fisuras y deterioros superficiales, se recomienda realizar un test de comprobación del estado pétreo subyacente de los elementos afectados.
Pérdida de mortero en las juntas, debido a los movimientos que experimentan los elementos pétreos más esbeltos de la verja.
Zonas disgregadas. Dependiendo de las características de la piedra empleada en la construcción de la verja, esta disgregación se produce en forma de granos o por capas, con pérdida de relieve en molduras y aristas. Dicho fenómeno se localiza fundamentalmente en las zonas bajas de las pilastras y en el peto donde se apoya la verja, debido a la ascensión del agua por capilaridad. En ambos elementos, es común encontrar áreas con grandes pérdidas de material o debilitadas en sus cualidades portantes.
A. 2. DESPLOMES
El viento y el sismo contribuyen a la desestabilización de una verja. También, juega un papel importante en la pérdida de aplome del conjunto, la acción debida a las dilataciones y empujes de los paños de hierro compuestos por gruesos perfiles.
A. 3. FISURACIONES
Las fisuras y grietas son la principal patología que presentan los materiales pétreos que forman parte de una verja.
Alzados y secciones de una pilastra de la verja de la Catedral de Jaén
Ficha de toma de datos y patologías de una pilastra de la reja monumental de la Catedral de Jaén
Los movimientos que introducen las dilataciones térmicas, el viento, el sismo y el propio funcionamiento de la verja facilitan la aparición y desarrollo de las fisuras completando el proceso de deterioro iniciado en los puntos más débiles como los anclajes. También, es frecuente encontrar daños en los extremos de las verjas y en los remates finales de los accesos, ya que ambas zonas quedan desprotegidas ante los empujes producidos por los factores mencionados.
A. 4. ANCLAJES DE HIERRO
Los anclajes de las rejas a las pilastras constituyen uno de los principales agentes causantes del deterioro de las verjas. Las cavidades donde se anclan los perfiles metálicos en las pilastras pueden estar cebadas con plomo para impedir o limitar la oxidación, pero en la mayoría de los encuentros no existen protecciones de este tipo. Por el contrario, es común encontrar rellenos de mortero mal compactados. Esta circunstancia facilita la acumulación y retención de agua provocando la oxidación del hierro y, a la larga, la rotura y desprendimiento de los elementos pétreos. El efecto combinado de acumulación de agua y oxidación se concentra generalmente en la pletina que une los paños de la verja con el peto inferior de piedra. A estos procesos de deterioro, se suman los producidos por las heladas.
El armado principal de las pilastras de piedra suele ser un vástago central de hierro forjado embebido con plomo o mortero. En muchos casos, como dicho vástago no recorre la altura completa de la pilastra, afecta a su estabilidad. Por otra parte, los problemas que presentan los elementos en movimiento como las puertas o cancelas se solucionan enlazando los mecanismos de giro a los vástagos de armado de las pilastras. La consecuencia inmediata es la frecuente aparición de tensiones indebidas y, por ende, de numerosas patologías.
B. DESMONTAJE DE PILASTRAS Y PAÑOS DE REJA
En las tareas de desmontaje o de remonte de una verja monumental es conveniente realizar apeos preventivos para evitar el vuelco de los paños. En línea con esto, se recomienda disponer detalladamente el apeo de la verja con elementos horizontales colocados a diferentes niveles, en función de su altura, y puntales telescópicos que permitan ajustar el apoyo sobre el pavimento con ayuda de soleras formadas por tablones de madera convenientemente acuñados. Con carácter previo a la ejecución de estas tareas, deben retirarse todos los elementos sueltos que puedan causar desprendimientos o caídas imprevistas. Las uniones del apeo con los elementos originales de la verja deben ejecutarse con madera interpuesta u otros materiales que eviten el deterioro por rozamiento o concentración de tensiones.
Las actuaciones de restauración deben realizarse in situ siempre que sea posible. En caso de que se requiera desmontar la verja, deben contemplarse las siguientes operaciones:
– Identificación de las piezas registrándolas individualmente con números y letras en una planimetría detallada de la verja para su posterior recomposición.
– Reconocimiento y liberación de los anclajes mediante el levantado de morteros evitando el corte de los elementos metálicos.
– Desplazamiento de los elementos con medios mecánicos y manuales. Su envergadura demanda el uso de maquinaria en buena parte de los casos.
– Traslado al taller para los trabajos de conservación. Es preferible instalar el taller a pie de obra.
En el desmontado de las pilastras se marcan todas las piezas y se realiza un inventario incluyendo, también, aquellas fracturadas para su posterior remonte.Durante el traslado de los elementos al lugar de trabajo, deben tomarse las medidas necesarias para evitar cualquier deterioro añadido.
Identificación de las piezas que componen una pilastra. Verja de Lonja. Catedral de Jaén
C. RESTAURACIÓN DE ELEMENTOS DE HIERRO FORJADO
El hierro forjado de las verjas monumentales suele tener un excelente comportamiento en las partes aéreas con oxidaciones controladas que no afectan de forma importante a la durabilidad del conjunto. En cambio, el recibido en las pilastras de piedra y, sobre todo, el apoyo sobre los basamentos origina deterioros irreversibles que deben ser corregidos sustituyendo preferentemente dicho material por acero inoxidable en bruto, para evitar nuevos problemas de oxidación. Esta opción no siempre es posible cuando se produce un impacto visual excesivo.
No obstante, la experiencia indica que el acero inoxidable colocado en bruto, sin tratamiento alguno que le aporte brillos o reflejos, se mimetiza bastante bien con los distintos materiales que suelen componer una verja. En los elementos metálicos es frecuente encontrar las siguientes patologías: falta de limpieza, fisuración abierta, torsión, fractura, pérdida de masa y oxidación acentuada, sobre todo, en las zonas de menor espesor de la sección y en la base de apoyo.
Para subsanar los elementos que presenten estas patologías, se propone el procedimiento que sigue:
– Análisis de los deterioros producidos.
– Diagnóstico y propuesta de tratamiento.
– Trabajos de conservación preventiva y consolidación:
Limpieza de óxidos de la pieza en toda su superficie.
Protección de las partes afectadas y expuestas.
Revisión de enlaces o soldadura.
Revisión de anclajes.
Soldaduras compatibles de las fisuras para controlar su apertura.
Sustitución de las partes irreversibles.
– Pautas a seguir para la limpieza y protección del hierro forjado:
Supresión de pinturas plásticas o al esmalte, en caso de que las hubiere, utilizando un decapante que se elimina posteriormente con un disolvente universal. Se puede emplear pistola de calor, previo estudio de su compatibilidad.
Eliminación de óxidos usando lana y cepillos metálicos. Se puede manejar algún medio mecánico como el taladro con cepillos metálicos controlando el nivel de limpieza para no dañar el hierro, ni quitarle su pátina.
Tratamiento de protección preventiva. Aplicación de ácido tánico disuelto en alcohol etílico al 15-20%, como inhibidor.
Tratamiento de acabado. Aplicación de una resina acrílica (Paraloid B44) disuelta al 5-7% en White Spirit.
D. ELIMINACIÓN Y SUSTITUCIÓN DE ANCLAJES METÁLICOS
Procedimiento a seguir para la reparación de las grapas y anclajes:
– Tratamiento de las grapas que se encuentren en buen estado según las pautas especificadas con anterioridad.
– Sustitución de aquellas alteradas por otras de acero inoxidable, previa extracción. El recibido de las nuevas grapas se realiza mediante mortero de resina epoxi.
– Tratamiento protector de los anclajes en buen estado.
– Sustitución de los anclajes con deterioros por otros de acero inoxidable recibidos con mortero de resina. Cuando este último ha fraguado, se procede a la fijación de los paños de verja mediante encastres o injertos atornillados con dispositivos que absorban las dilataciones.
– Sustitución de las pletinas inferiores de los paños de verja recibidas en petos de piedra para evitar su oxidación. Los elementos que acometen en la pletina se atornillan o remachan.
Ejemplo Catedral de Jaén y Catedral de Granada:
La calidad del hierro con el que está realizada la cerrajería de ambos edificios determina el aceptable estado de conservación que, en general, presentan sus verjas, a excepción de aquellas partes que, por su ubicación, están sometidas a la continua acción del agua. Tal es el caso de las pletinas inferiores que quedan embutidas en rebajes practicados en los petos de piedra o de los extremos de las pletinas que se anclan en las zonas bajas de las pilastras. Las piezas superiores suelen mantenerse en buen estado. En ocasiones, las pletinas inferiores experimentan un aumento de sección entre 2 y 7 cm por la oxidación. Entonces, el hierro adquiere la apariencia de un hojaldre por la descomposición.
Antes de montar los paños de la verja, se sustituyen las pletinas alteradas. La inferior, que descansa sobre el peto de piedra, y queda encajada en el rebaje existente, se reemplaza por otra de las mismas dimensiones, pero de acero inoxidable sin pulir y se fija a los elementos decorativos de la reja mediante roblones del mismo material. De esta forma, se mantiene el sistema original. Siguiendo el mismo procedimiento, algunos tramos de pletinas de hierro que se anclan en los soportes pétreos y que ha sido necesario cortar para desmontar los elementos, se sustituyen igualmente por piezas de acero inoxidable unidas a los tramos principales mediante roblonado o atornillado y, en algunos casos, mediante soldadura. Las partes de hierro embutidas en la piedra, no sustituidas, se tratan con un antioxidante. El resto de la cerrajería solamente se protege, dado su buen estado de conservación.
Detalle para realizar el injerto de pletina de acero inoxidable. Verja de Plaza de las Pasiegas. Catedral de Granada
E. MONTAJE DE LA VERJA
El montaje de soportes pétreos se realiza de forma simultánea al de los paños de la reja. Para el armado de las pilastras, se coloca un vástago central que puede ser auxiliado con otros perimetrales en el caso de verjas con grandes solicitaciones.
E. 1. MONTADO DE PILASTRAS DE PIEDRA
Una vez sometida la piedra a los tratamientos adecuados y preparadas las piezas a sustituir, se realiza el montaje de las pilastras y del tramo correspondiente de reja. Para la instalación de las distintas piezas que constituyen la pilastra, se coloca un vástago central roscado de acero inoxidable que se recibe con un mortero bastardo o de resina epoxi rellenando el hueco central. Antes de inyectar cualquiera de estos materiales, es necesario realizar el rejuntado de las distintas piezas evitando posibles fugas a través de las juntas. La longitud del vástago central varía en función del volumen de las piezas a unir.
Ejemplo Catedral de Jaén:
Las piezas lineales del peto no se anclan al suelo de la Lonja siguiendo el criterio original. El montaje y armado del resto de elementos se realiza según el siguiente proceso:
– El vástago central continuo de la pilastra se ancla 50 cm en el firme de la Lonja mediante redondo roscado de acero inoxidable de 35 mm de diámetro. Para obtener la longitud total, se unen varios tramos empleando soldadura de acero inoxidable y realizando un rebaje de forma troncocónica en los extremos de los redondos.
– Colocación de tres vástagos auxiliares también de acero inoxidable roscado de 16 mm de diámetro.
Esquema de la estructura de acero inoxidable para las pilastras. Verja de la Lonja. Catedral de Jaén
– Realización de un estribo de acero inoxidable de 6 mm de diámetro que recoge los vástagos auxiliares, embutido en la cara superior de cada una de las piezas que forman los soportes.
Todos los recebados de vástagos y estribos se realizan con mortero de cal, cemento blanco libre de álcalis y árido de dosificación 1:3:12. En el caso del vástago central, alojado en el taladro original, se añade al mortero un árido con mayor granulometría, siguiendo los mismos criterios del original.
Cuando es necesario calzar las piezas para aplomarlas, se introducen cuñas de plomo para evitar tensiones puntuales.
La colocación de los paños de reja, se realiza de forma alterna a la instalación de los soportes, tareas para las que es necesario apuntalar la verja. Dadas sus dimensiones y peso, se requiere emplear un camión grúa.
Colocación de paño de reja con ayuda de camión grúa. Catedral de Jaén